Hong Kong
Hong Kong dispone de una economía de libre mercado enfocada al sector servicios,especialmente al comercio, las finanzas y las telecomunicaciones; de hecho, en 2019 se colocó en la segunda posición del Índice de Libertad Económica, solo superado por Singapur.158 Según la ley básica, el territorio puede mantener su sistema económico de forma independiente al de la China continental, incluyendo sus propios impuestos, así como su propia moneda —el dólar de Hong Kong—, cuyo valor está fijado al dólar estadounidense desde 1983 y es una de las más comerciadas del mundo. Su PIB nominal en 2020 era de 2.71 billones HKD (348.91 mil millones USD), que dan una renta per cápita de 362 310 HKD (46 633 USD),4 muy superior a la china de 64 644 RMB (9882 USD)163 y algo por encima de la de Macao, que es de 285 314 MOP (35 659 USD).164 Por ello, el Banco Mundial considera a la región como un lugar de ingresos altos y, gracias a su rápido crecimiento a finales del siglo XX, se hizo conocido por ser uno de los cuatro tigres asiáticos.
La bolsa de Hong Kong es una de las más grandes del mundo, ya que en 2019 cerró con una capitalización de mercado de 38 billones HKD (4.92 billones USD), además de ser la primera en el mundo por oferta pública de venta al conseguir 314.2 mil millones HKD (40.53 mil millones USD). Asimismo, en noviembre de 2014 se inauguraron dos colaboraciones con las bolsas de Shanghái y Shenzhen para facilitar el tráfico de valores, pero con los criterios y ventajas del sistema hongkonés. Esto resultó en un flujo de capitales entre China continental y la región de un billón HKD en 2019, esto es una entrada de 1058.3 mil millones HKD desde su lanzamiento.
Tradicionalmente, el gobierno ha participado pasivamente en la economía al considerar que no se debe intervenir en ningún sector del mercado, el cual debe sostenerse con sus propios recursos. Esta teoría, denominada positive non-interventionism —«no intervencionismo positivo»—, fue desarrollada durante los años 1970 y Philip Haddon-Cave, secretario de finanzas en aquella época, comentó: «Positive non-interventionism implica tomar la perspectiva de que normalmente es inútil y dañino para la tasa de crecimiento de una economía, particularmente [la de] una economía abierta, que el gobierno intente planificar[le] la distribución de los recursos disponibles al sector privado y [que] frustre la operación de las fuerzas del mercado». Todas estas medidas llevaron a que Milton Friedman describiese a la entidad como el mayor experimento del capitalismo de laissez faire a nivel mundial. Sin embargo, desde la transferencia de soberanía a China, cada vez el gobierno ha tenido una interferencia mayor, como la intromisión en los negocios, el establecimiento de un salario mínimo, la expansión de los servicios públicos o trabas al sector industrial. De hecho, la administración pública ya tiene un peso de casi el 20 % sobre el PIB, si bien goza de unos niveles tan altos de productividad, que se ubicó en la tercera posición del Índice de Competitividad Global de 2019.