En ese sentido, las inversiones, los préstamos, el asesoramiento, las transferencias de dinero, etc. Se encuentran dentro de la gama de servicios que ofrecen estas nuevas instituciones Fintech, por lo tanto podemos señalar que, son las sucesoras de aquellas instituciones bancarias que originalmente concentraban estos servicios.

Recuerde que, no todas las entidades que realizan operaciones financieras necesitan del requisito de una licencia bancaria para poder ejercer esta actividad. Sabemos que una licencia bancaria es un requisito legal e imprescindible para todas aquellas empresas cuya actividad se centra en gestionar el dinero de terceras personas físicas o jurídicas. Y por la responsabilidad implícita en dicha actividad, sin duda, es una licencia difícil y complicada de conseguir.

Sabemos que las empresas Fintech nacieron para competir con la banca, el futuro de muchos nuevos emprendimientos está hoy en día asociado a lo que tienen las instituciones financieras: una base de clientes, el capital, las licencias y la experiencia. Los bancos, por su parte, necesitan la tecnología, la cercanía con el cliente, las habilidades, la creatividad y el espíritu emprendedor de las empresas FinTech para reinventarse.

Por esta razón los grandes bancos están implementando estrategias de innovación abierta y generando alianzas estratégicas que les permiten crear un ecosistema propio. De esta forma no sólo podrían permanecer como intermediarios financieros, sino entrar en nuevos modelos y mercados sin tener que desarrollar tecnologías propias.