13 Jun La economía global podría estar viajando en el tiempo, hacia los años 70
Luego de la pandemia, muchos países, desde los más desarrollados hasta los más pobres luchan con todas sus fuerzas por recuperarse económicamente. Sin embargo, el panorama es muy poco alentador. Los desafíos a los que se deben enfrentar las naciones son cada vez mayores.
El Banco Mundial está advirtiendo sobre la llegada de una estanflación parecida a la ocurrida en la década de 1970 debido a que el crecimiento de este año ha sido aproximadamente la mitad en comparación con la del año pasado, y para el año 2023 y 2024 no se esperan grandes avances económicos.
El 2022 ha sido un año en el cual, los ciudadanos a nivel mundial, han sido testigo de un crecimiento débil de la economía y un aumento acelerado de los precios, lo que viene representando una terrible combinación que se convierte en la temida estanflación que implica la aceleración de la inflación conjuntamente con tasas de desempleo elevadas, lo que posiblemente será la caída más brusca en más de 80 años, según el Banco Mundial.
Recordando la crisis de los 70
En la década de 1970 ocurrió una de las crisis económicas más grande, cuando se elevaron los precios mundiales de las materias primas como consecuencia de un período de elevado crecimiento económico, El embargo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, en octubre de 1973, cuadriplicó el precio del petróleo y afectó enormemente el poder de compra de los hogares americanos, dando lugar al conocido fenómeno de la estanflación.
En la actualidad
El Banco Mundial considera que es probable que el escaso crecimiento continúe en los próximos años, debido a la baja inversión en gran parte del mundo. A su vez se suma las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania, la cual ha ocasionado una desaceleración mundial, y la subida abrupta de los precios de los productos básicos, que le da más fuerzas a la inflación, y la situación podría seguir empeorando si la guerra de Ucrania rompe las redes comerciales y financieras mundiales o si el elevado precio de los alimentos genera el malestar social en los países importadores.
El presidente de la institución, David Malpass asegura que el riesgo de estanflación es considerable, con consecuencias potencialmente desestabilizadoras para las economías de ingresos bajos y medios, y existe el riesgo de que se profundice la malnutrición e incluso la hambruna en algunas zonas.
La posibilidad de una recesión en Europa está latente, puesto que el continente acoge a casi 7 millones de refugiados ucranianos y lucha con los trastornos en los mercados energéticos. Mientras que, en otros lugares la interrupción de las exportaciones de grano a través del Mar Negro está dibujando un panorama negativo a países como Líbano, Egipto y Somalia.
Malpass dijo la estanflación mundial podría tener efectos nefastos, la renta per cápita se mantiene este año casi un 5% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia, y la persistencia de la inflación aumenta las probabilidades de que la Reserva Federal y otros bancos centrales aumenten los tipos de interés para enfriar la demanda, como ocurrió en la década de 1970, lo que podría causar una caída global fuerte y crisis financieras en algunos mercados emergentes.
Por su parte, en una reciente nota al cliente, el economista jefe mundial de Citigroup, Nathan Sheets, considera que la posibilidad de que haya un brote de estanflación en Estados Unidos particularmente es “remota”, y cree necesario que los entes gubernamentales actúen de forma rápida para minimizar las consecuencias de la guerra de Ucrania, y ayudar a los países a pagar los alimentos y el combustible, evitando “políticas distorsionadoras” como los controles de precios y las restricciones de exportación.
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