27 Jun Los efectos del recorte del gas ruso en Europa
Tras el comienzo de la invasión rusa en Ucrania, la incertidumbre y la preocupación se ha apoderado de muchos mandatarios de otros países que dependen en gran medida de los suministros que exporta Rusia, y el temor de una crisis política y economía crece cada vez más.
Recientemente el gobierno ruso tomó la decisión de reducir los suministros de gas a varios países pertenecientes a la Unión Europea, entre ellos Alemania, siendo esta nación una de las que depende en gran medida del gas de Moscú para poder generar electricidad y mantener a su industria activa.
¿Cuáles fueron los motivos para el recorte por parte de Gazpromu que países han sido los más afectados?
La más grande energética estatal rusa Gazprom ha recortado un 60% del suministro del gasoducto Nord Stream 1, el cual es el ducto de gas natural europeo más grande que pasa por el Mar Báltico, desde Rusia a Alemania.
Gazprom dijo que había recortado el flujo a Europa a través del Nord Stream 1 porque las sanciones occidentales dejaron bloqueada una pieza de equipamiento en Canadá, a donde se había trasladado para su mantenimiento. Sin embargo, los gobiernos europeos ven las reducciones de flujo como una medida política.
Italia, Austria, Eslovaquia, y República Checa, también se han visto afectados, y se han ido sumando en las últimas semanas a los cortes Polonia, Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Francia y Holanda.
El invierno en Europa se acerca
Antes de que inicie el invierno en territorio europeo, los países de este continente tienen tomar las previsiones necesarias, por lo que deben llenar sus almacenes subterráneos de gas. En un escenario normal, las compañías de distribución llenaban las reservas en verano, pero las reducciones de suministro lo hacen más caro y difícil de conseguir.
El corte total del gas ruso, podría hacer que a los países europeos se imposibilite conseguir todo el combustible que necesita para el invierno. El gas natural se utiliza en las industrias que requieren mucha energía, y las mismas están reduciendo su consumo, lo que al mismo tiempo contribuye a desacelerar la economía europea.
Actualmente, las reservas subterráneas europeas están al 57%. La Comisión Europea propone que cada nación alcance por lo menos 80% para el 1 de noviembre, y Alemania se ha marcado objetivos del 80% para el 1 de octubre y del 90% para el 1 de noviembre.
Por su parte, analistas del centro de estudios Bruegel en Bruselas advierten que es probable que Bulgaria, Hungría y Rumanía no alcancen la estimación de la UE del 80% si continúan al ritmo que están ahora mismo. Mientras Alemania, Austria y Eslovaquia se les haría muy difícil llenar sus instalaciones de almacenaje si se detienen los flujos de gas desde Rusia.
¿Qué acciones se están ejecutando?
La UE, antes de que se iniciara de la guerra de Rusia en Ucrania recibía el 40% de su gas de Rusia, pero está planeando reducir las importaciones en dos tercios para finales de año y se espera abandonar por completo el gas ruso para 2027. Una de las principales acciones será vetar el carbón ruso a partir de agosto y gran parte del crudo ruso en seis meses, con el fin de reducir los 850 millones de dólares diarios al día que recibe Rusia por ventas de gas y petróleo a Europa, y no contribuir en el financiamiento de la guerra.
Al mismo tiempo Gobiernos y empresas europeas de suministros han comprado gas natural licuado de Estados Unidos que se entrega por barco a un precio más alto. En definitiva, hay mucho esfuerzo en marcha para adquirir gas por gasoductos de Noruega y de Azerbaiyán, mientras se espera que la aceleración de proyectos de conservación y energía renovable juegue un papel menor.
Por su parte, Alemania, que no tiene terminales de gas natural licuado, ha encargado cuatro terminales flotantes, dos de las cuales deberían funcionar antes de finalizar este año, y a pesar que la crisis está empujando a los países de vuelta a los combustibles fósiles. Alemania está impulsando una legislación para reactivar las centrales eléctricas de carbón temporalmente, a pesar de tener planes de abandonar el carbón completamente para 2030.
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