Desde 1995 en Inglaterra no se había registrado una inflación tan alta que obligara a el Banco de Inglaterra (BoE) a tomar la decisión de subir las tasas de interés, pero luego de 27 años la historia se repite y con un escenario peor. La crisis inflacionaria del Reino Unido llegó al 9,4 % interanual en junio, un récord en 4 décadas, ocasionando un alto costo de vida a los hogares británicos de menores ingresos.
En vista de este escenario, el Banco de Inglaterra (BoE) ha anunciado recientemente el incremento de 50 puntos básicos en sus tasas de referencia, una medida radical pero necesaria para neutralizar la inflación, la cual es probable que supere el 13% anual en octubre, momento en el que Reino Unido entrará en una recesión que durará hasta finales de 2023.
El BoE sigue los pasos de la FED y el BCE
La institución monetaria a través de acta de la reunión especifica que el Comité de Política Monetaria con una mayoría de 8 a 1 optó por un aumento del tipo de referencia de 0,5 puntos porcentuales, hasta el 1,75 %, siguiendo de esta manera las medidas tomadas por la Reserva Federal estadounidense y el Banco Central Europeo a la hora de acelerar el ritmo de sus subidas.
La entidad financiera también espera que haya un incremento por parte regulador de energía del Reino Unido, Ofgem, en los precios de electricidad para los consumidores en un 75% en octubre, puesto que el costo del gas se ha disparado desde que se inició la guerra entre Rusia y Ucrania
Además, el regulador anunció que el límite ahora se revisará trimestralmente, desde la tasa de dos años utilizada hasta ahora, para mejorar la estabilidad del mercado, y todo indica otro repunte doloroso en enero de 2023.
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