El cobro del impuesto a las grandes riquezas, se aplica en varios países en el mundo. Pero España es el país que más recientemente ha anunciado que empleará este impuesto a partir del 1 de enero del 2023. La información fue anunciada el pasado 22 de septiembre por la ministra de Hacienda María Jesús Montero en el Congreso de Diputados.
El impuesto sobre la riqueza es el impuesto sobre el patrimonio neto que se aplica sobre el conjunto de todos los bienes y derechos económicos que posee una persona física, como explica la web de la Agencia Tributaria.
Quienes tendrán que pagar este tipo de impuesto son las personas con rentas mayores a 150.000 euros. La ministra a su vez aclara que esta medida será temporal. Mientras esté vigente habrá nuevos recargos a la banca, debido al alza de los tipos de interés y también habrá nuevos recargos a las compañías energéticas debido a que en los próximos dos años el precio de la energía se elevará exponencialmente.
Según la ministra de Hacienda, es una medida necesaria y su duración va a depender de como vayan evolucionando las circunstancias y se determinará si será necesario prorrogarla o no. Montero también defiende la necesidad de “hacer una revisión de las aportaciones” de quienes tienen “más capacidad económica”.
Por otra parte, la vocera del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha coincidido en que los que tienen mayores recursos deben contribuir a llevar a cabo las medidas que está tomando el Ejecutivo para brindar apoyo a las familias que la están pasando mal luego de meses de guerra y de alta inflación.
Expertos afirman que Francia, Italia y Bélgica también cobran un impuesto sobre la riqueza parecido al de España
Según indica la organización independiente de política fiscal Tax Foundation, y la Taxation and Customs Union, el organismo de la Comisión Europea sobre transparencia fiscal, en su último informe. Actualmente, de los países de la Unión Europea, España es el país que mantiene el gravamen sobre el patrimonio neto.
Sin embargo, Javier Collado, profesor de Tributación y Asesoría Fiscal del Centro de Estudios Financieros (CEF), y Alberto López, director del máster en tributación y asesoría fiscal del EF Business School afirma que Bélgica, Italia y Francia también tienen un impuesto similar, aunque no estricto. La diferencia está en que el de Bélgica, Italia y Francia lo aplica de una forma parcial sobre algunos activos específicos, y no sobre el patrimonio neto.
Italia, aplica el 0,76% a las propiedades fuera del país y el 0,2% a las inversiones financieras, que también tenga el contribuyente en el extranjero aclara López. Mientras que Bélgica en 2021 estableció un impuesto del 0,15% que se aplica sobre los instrumentos financieros para operar en bolsa, que lleguen o superen el millón de euros, dentro o fuera del país.
Por su parte, Francia suprimió en 2018 su antiguo impuesto sobre la fortuna (ISF), y lo reemplazó por el impuesto sobre la fortuna inmobiliaria (IFI), la cual aplica si el valor neto de los activos inmobiliarios es mayor a 1,3 millones de euros, en este caso la tasa puede llegar al 1,5% en función del valor de esos activos.
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